Rafael “Tinto” Espidel se inició en los deportes, cuando era un muchacho, en los bloques de El Barbecho, en su ciudad natal, Los Teques.
Ahí se dedicó a jugar y a promover competencias, muy especialmente de baloncesto y voleibol, en la única cancha que aún posee ese sector.
Por eso siempre El Barbecho era verdugo en intercambios locales. Sus selecciones arrasaban cómodamente con todos sus adversarios, excepto con La Estrella, con el que mantenían una fuerte y sana rivalidad.
Formó equipo con otros excepcionales atletas, como el desaparecido Giovanni Tiberi, con el que jugó beisbol en el Instituto Pre Orientación, que funcionaba en donde se construyó la estación del Metro Alí Primera.
“Giovanni era un fenómeno, y en todos los deportes. Yo me codeaba con él en el beisbol, pues yo tenía al mejor maestro, mi hermano Jesús, quien era uno de los jugadores más completos y rendidores”, recordó.
Es egresado del Colegio de Entrenadores de Venezuela, y del Instituto Universitario Pedagógico de Caracas, en la especialidad Educación Física.
Cumplió una destacada labor, durante al menos una década, en la UEP El Gran Aborigen, a cuyas selecciones de baloncesto, voleibol, y atletismo, llevó a lo más alto del podio en varias ediciones de los Juegos Deportivos Escolares de Guaicaipuro, en la segunda mitad de la década de los noventa.
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