Uno de los pilares para el gran desarrollo que han alcanzado las bolas criollas en el estado Miranda, es el tequeño Andrés Orozco.
Como casi todos los
niños, participaba en caimaneras de beisbol, de baloncesto, softbol, y de
voleibol, pero cuando adolescente prefirió las bolas criollas.
Se destacó como jugador,
particularmente con los arrimes, por eso formó parte de al menos media docena
de equipos en la Liga de Guaicaipuro, que fundó el inigualable Jesús Díaz
Morales, uno de sus maestros.
Adquirió habilidades que
le permitieron representar con éxito a la tribu en incontables eventos
regionales, pero un día decidió dejar a un lado su carrera como atleta para
convertirse en dirigente.
Integró la junta directiva de la Liga de Bolas Criollas de Guaicaipuro, y de su trabajo se han beneficiado cientos de jóvenes, quienes durante un montón de años dominaron las competencias regionales de cada categoría, y brillaron en todos los escenarios nacionales.
Asimismo, resaltó como
estratega en la categoría adultos, con Los Viejitos y las Chéveres, dos de los
cuartetos más ganadores en la ciudad del clima ideal.
Extraordinario como
gerente
Formó parte del equipo
que gestionó, ante la Alcaldía de Guaicaipuro, la construcción, en el
desaparecido Parque Cecilio Acosta, del mejor espacio para la práctica de los
boches y los arrimes de todo el país: el Complejo de Canchas Jesús Díaz
Morales.
Lamentablemente, esa
extraordinaria obra fue demolida para permitir los trabajos del Metro.
Orozco también participó
activamente en la organización de tres campeonatos nacionales, que convirtieron
a Los Teques, entre los años 2001 y 2004, en la capital deportiva de Venezuela.
Todo ese esfuerzo valió
para que la Federación Venezolana de Bolas Criollas y Bochas los premiara, por
dos años consecutivos, como la mejor liga a nivel nacional.
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