Eloy Rojas nació en la Isla de Margarita, en donde cuando era un niño disfrutaba mucho del mar, nadando cerca del muelle en Punta de Piedras, esperando que atracara el ferry.
En esas aguas tan profundas no se le escapaba ni siquiera una moneda de las
que le lanzaban los turistas para verlo sumergirse como una sardinita. Esa
diversión se le acabó cuando tenía solo 7 años, pues su familia decide
radicarse en tierra mirandina.
“Hasta peleaba con mis amigos debajo del agua, para decidir quién se
quedaba con las monedas”, recordó.
Como casi todos los chamos disfrutaba practicando beisbol, fútbol sala,
atletismo, y baloncesto, hasta un día que se acercó en compañía de su hermano
William al Gimnasio Manuel Mota, de Los Teques, en donde presenció los
entrenamientos de boxeo que dirigía el número 1, Ovidio Almeida.
Aquel experimentado maestro observó mucho interés en aquellos niños, se les acercó, y les propuso que se incorporaran a la práctica. Sin pensarlo mucho, los hermanitos Rojas aceptaron la propuesta. Allí conocieron a David Grimán, con quien conformaron un excelente grupo y establecieron buena amistad.
Esos tres chamos no se pelaban ni un solo entrenamiento, pero Eloy era el
más puntual, pues estaba enamorado de su deporte. Por ese interés Almeida le
dedica sus mejores esfuerzos, y en corto tiempo lo prepara para su primera gran
prueba. Fue en el torneo municipal 1976, en el que Eloy brilla liquidando con
mucho estilo a tres adversarios.
Continúa preparándose con esmero, y ese mismo año conquista el Campeonato
Nacional Infantil, que se disputó en Cumaná. En 1979 repite la hazaña en
Maracaibo, en la división 40 kilogramos, y 2 años más tarde en Barcelona.
También se titula campeón nacional juvenil en Valencia.
Por su calidad como peleador es llamado a formar parte de la selección
nacional de Venezuela, con la que brilla en diversas competencias
internacionales.
Pronto salta al profesional, siempre con Ovidio Almeida en su esquina, y
con el apoyo de dos grandes de la preparación física, como Enrique Centeno y
José Reyna, se convierte en uno de los mejores boxeadores en la década de los
90.
Gana el campeonato mundial AMB en la división pluma, y su faja la defiende
exitosamente en cinco oportunidades. Pero en 1996 la pierde frente al bocicua
Wilfredo Vásquez.
En la actualidad, labora como entrenador para el Instituto Municipal de
Deporte, Juventud, y Recreación de Guaicaipuro, ente que le asignó la tarea de
formar a las futuras estrellas de los cuadriláteros.
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