Una de las más destacadas figuras del deporte venezolano de los años 60 y 70 fue el ciclista mirandino Albeo Otazo, quien brilló en una época en la que se apoyaba muy poco a los atletas. Creció en el sector Ramo Verde, de su ciudad natal, Los Teques.
Entre sus más importantes victorias, recuerda la que una vez consiguió
frente al campeón panamericano de ciclismo, el trinitario Roger Gibbon, en
1965. Fue en el Quins Park Opalo de Trinidad & Tobago, en aquel tiempo uno
de los circuitos más modernos de América.
Se disputaba la Copa Venezuela en un país en donde el ciclismo era el principal deporte, y la fiebre por presenciar una carrera era muy grande, especialmente porque uno de sus connacionales estaba ubicado entre los mejores del mundo.
Se da la partida de la Copa Venezuela
Todo el pueblo de Trinidad & Tobago parecía haberse metido en el Quins
Park Opalo para disfrutar de cerca una nueva victoria de Roger Gibbon, pero a
pesar de su favoritismo, ya muchos hablaban de las inmensas posibilidades del
atleta venezolano, porque impresionaba por su seguridad, figura, y fortaleza.
Sin embargo, el lógico vencedor para la mayoría era el del patio, por su
trayectoria internacional, mientras que al venezolano no lo conocía casi nadie,
y muy pocos en su propio país, hasta aquel día que gana esa inolvidable
carrera.
Se dio la partida, Roger Gibbon toma
la delantera y se desprende para arrancar ensordecedores aplausos de sus
compatriotas. Albeo Otazo reacciona y pronto se le ubica muy cerca, a solo dos
bicicletas, y así, sin despegarse del líder, se mantiene hasta la última
vuelta, cuando con impresionante remate deja con la boca abierta y lloroso a
todo el mundo al liquidar por unos cuatro metros a Gibbon, un campeón
panamericano de ciclismo que hasta el día de hoy, seguramente, no ha dejado de
hablar de su verdugo venezolano.
El embajador de Venezuela, quien presenciaba la carrera junto a media
docena de su cuerpo diplomático, no
encontró palabras para agradecer a su compatriota aquel extraordinario esfuerzo que permitió ondear desde lo más
alto la bandera amarilla, azul y roja, con sus estrellas, y que se escuchara en todo ese escenario
las notas de nuestro hermoso himno nacional.
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