lunes, 3 de abril de 2023

Ángel Pacheco se lució en los cuadriláteros

Ángel Pacheco nació en Río Chico, pero cuando aún era adolescente se radicó en Los Teques.

En su pueblo se inició y se formó como boxeador, dirigido por el inigualable Asención Urbina, cuando apenas era un muchacho de 16 años, y por su calidad innata pronto brilló entre los peleadores de su generación, que eran buenos de verdad verdad.

También jugaba beisbol, y era excelente camarero.

Con el equipo de su región quedó campeón estadal y se había ganado el derecho a representarnos en los Juegos Deportivos Nacionales Maracay 1971, pero como además era excelente peleador, la invitación a ese importante evento se la hicieron primero los dirigentes del boxeo y él, muy emocionado, la aceptó. 

Esa fue su primera actuación de relevancia, defendiendo los colores del estado Miranda, aunque en ese evento por su inexperiencia fue vencido en el primer combate, en la división gallo, con la consecuente eliminación. Sin embargo, esa derrota lo ayudó a aprender mucho sobre el pugilismo y a obtener resonantes victorias solo unos meses después. Además, por la garra y habilidades exhibidas en el torneo, Luis Armando Yánez, presidente de la Federación Venezolana de Boxeo de aquel entonces, lo invitó a asistir a los entrenamientos con la selección nacional.

También formó parte del equipo mirandino que intervino en los VI Juegos Deportivos Nacionales de Barquisimeto 1973, integrado por varios muchachos que como él se convirtieron unos años más tarde en estrellas de los ensogados, como Gerardo Adrián (peso mínimo), Luis Sierra (mínimo mosca), César Esculpi (pluma), José Rodríguez (ligero), Cecilio Ron (welter junior), Ramón Galindo (welter), Fulgencio Obelmejías (medio ligero), Ernesto Soto (semicompleto), y Guillermo Núñez (pesado).

Ese equipo logró importantes victorias en tierra larense, incluyendo las de Ángel Pacheco, para concluir en la segunda casilla del torneo de boxeo, detrás de la representación del estado Sucre.

Por ese camino continuó su carrera, que observaron muy de cerca entrenadores y dirigentes nacionales, especialmente los de la Federación Venezolana de Boxeo, que al verlo prepararse con afán y exhibir tanta calidad en otros eventos, no dudaron en llamarlo a formar parte de las selecciones de nuestro país para un total de veintitrés competencias en el exterior.

Pese a intervenir en eventos internacionales de gran prestigio, como el Giraldo Córdova Cardín, Cinturón de Oro, suramericanos, centroamericanos y del Caribe, panamericanos, y juegos olímpicos, Pacheco recuerda con emoción su primera actuación con el uniforme de Venezuela, que fue en la Copa Invitacional de Santo Domingo, República Dominicana, en el año 1972, en donde demolió a todos sus oponentes para titularse campeón.

Por supuesto que ese triunfo lo estimuló mucho a continuar entrenando, y rápidamente volvió a subirse a un avión para representar a Venezuela en Pinar del Río, Cuba, en el Torneo Córdova Cardín, en el que mostró nuevamente sus dotes de buen pugilista al conquistar la medalla de plata en la división gallo.

En campeonatos centroamericanos y del Caribe, Ángel Pacheco brilló con la vinotinto, que en dos ediciones del evento derrotó a su similar de Cuba. Una vez fue en Guatemala, en 1972, y la otra en Jamaica 1976.

En tierra guatemalteca Pacheco obtuvo la medalla de plata, pero para Jamaica se preparó mejor y ganó la medalla dorada al imponerse en la final por nocaut al cubano Adolfo Orta, considerado el segundo mejor púgil de ese país para la época, después de Teófilo Stevenson.

Sus actuaciones fueron determinantes para los dos campeonatos obtenidos consecutivamente por Venezuela sobre Cuba a nivel centroamericano y del Caribe. 

A los Panamericanos de México

Como habituales residentes del gimnasio del IND en La Vega, en donde dormían y de donde casi no salían para poder cumplir con los entrenamientos de cara a sus continuos compromisos, Ángel Pacheco y los demás integrantes de la selección nacional de Venezuela recibieron fresquita la noticia de que iban a permanecer mucho más tiempo concentrados, pues en octubre de 1975 tenían que defendernos en los VII Juegos Deportivos Panamericanos de México.

Ángel Pacheco llega volando a ese torneo, estaba en inmejorables condiciones físicas, y después de contundentes victorias avanza a la gran final del peso gallo, en la que se mide al cubano Orlando Martínez, medalla de oro en los XX Juegos Olímpicos de Munich 1972.

Pacheco, aunque era un novato, dio una golpiza a su rival, hasta el punto de enviarlo cuatro veces a la lona, pero Orlando Martínez era cubano, era campeón olímpico, y los jueces no podían dejarlo solo en ese momento en que fue humillado por un muchacho, y por eso le dieron la victoria con una apretada decisión.

Por supuesto que el público protestó, asimismo la esquina venezolana, pero nuestro compatriota debió aceptar el despojo y conformarse con la medalla de plata, que se unió a otras 9, pero de bronce, que conquistó Venezuela en esa oportunidad.

A los Juegos Olímpicos Montreal 1976

Calidad, constancia, y mucha garra, le sirvieron otra vez para superar las eliminatorias y asegurar su participación con el equipo de Venezuela que tomó parte en los XXI Juegos Olímpicos Montreal 1976.

Desde Canadá Pacheco puso a vibrar a todos los venezolanos con una victoria sobre el colombiano Sandalio Calderón en su primera aparición. Avanza hasta los octavos de final, en los que concreta su segundo triunfo, pero en los cuartos de final cae ante el cubano Ángel Herrera, el mismo que dos días después se llevó la medalla de oro en la categoría.

En 1977, y con récord de 47 peleas, 36 ganadas y 11 perdidas en el amateur, Pacheco debuta en el pugilismo rentado, y luego de un par de victorias enfrenta al peligroso Oscar Arnal, a quien despoja del título nacional pluma en un brutal combate.

Continúan los éxitos de Pacheco en el profesional, en el que realiza un total de 17 peleas, y por incontables presiones de los empresarios concede la revancha a Arnal, quien sale victorioso en la segunda confrontación, que fue un espectáculo incomparable en la historia del pugilismo venezolano.

Luego de tantos logros como boxeador, y cuando empezaron a pesarle los años, decide colgar los guantes para dedicarse a la preparación de las nuevas generaciones.

En el Gimnasio Manuel Mota, en la ciudad del clima ideal, dirige su escuela de boxeo, que en la actualidad cuenta con unos 40 jóvenes, y en la que continuará por muchos años más formando a las futuras estrellas de los cuadriláteros.

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