sábado, 15 de abril de 2023

Julio César Navarro se lució en el beisbol

Julio César Navarro se hizo famoso en toda Venezuela por sus habilidades como pitcher, que lo llevaron al beisbol profesional de Venezuela. Además, se destacó en el softbol, voleibol, boliche, billar, y en las bolas criollas.

Luego de participar como casi todos los niños venezolanos en las partidas de beisbol de su cuadra, que era la Vuelta del Paraíso, en Los Teques, comenzó a jugar sus mejores encuentros sabaneros en el año 1937, formando parte del equipo representante del sector El Pueblo, al que pertenecían también los hermanos Corrales, Nieto, González, Germán y Luis Enrique Luna, entre otros.

En esas caimaneras que se disputaban en los terrenos del Miranda, en donde hoy está construido el Estadio Guaicaipuro, Julio César Navarro se desempeñaba como receptor, jardinero, en el infield, y muy bien en el montículo, posición en la que se fue consolidando por sus consecuentes victorias sobre sus eternos rivales, que eran los muchachos integrantes de la novena de El Llano. 

Era conocido como el “Pitcher de Los Teques”, o “Mi pitcher”, como cariñosamente lo bautizó el expresidente de Venezuela Rafael Caldera.

Recordaba que existía una férrea rivalidad entre esos dos sectores de la ciudad, que llegaba hasta el plano personal, pero en lugar de caerse a golpes, como era costumbre en otros lugares, preferían resolverla jugando beisbol.

Es por esta razón que se preparaba y entrenaba con esmero, pues su consigna y la de todos los chamos de El Pueblo era la de no perder nunca frente a tan encarnizados adversarios.

“Allá los matábamos, allá en el estadio les demostrábamos que éramos más fuertes y más duros que ellos”.

En 1940, y muy mejorado como pelotero, le llega la oportunidad de formar parte de un equipo organizado, el Guaicaipuro BBC, propiedad del doctor Moros y de los señores Benshimol y Estrada.

En un torneo distrital realizado en el último trimestre de 1940, el Guaicaipuro BBC conquista el primer lugar y Julio César Navarro obtiene el champion bate. Esa novena siempre intervenía en diversos campeonatos de envergadura, organizados por gente de todo el país aficionada al beisbol y con bastante poder económico.

También en el año 1940 el Guaicaipuro BBC participa en un torneo que organizó el entonces Distrito Federal, y en el choque contra el equipo Sucre BBC, propiedad de Luis Molina, Julio César Navarro, quien apenas tenía 18 años, concreta uno de sus más destacados logros como deportista al bombardear al importado Rafael “Bombillón” Kisler, consagrado lanzador de la época.

Con dos corredores en circulación a la altura del tercer episodio, “Bombillón” Kisler bolea al peligroso toletero venezolano Julio Bracho, “El Rubio de Maracay”-cuarto bate del conjunto tequeño-, para enfrentar al novato Julio César Navarro, quien con mucha serenidad, a pesar de la gran responsabilidad que tenía sobre sus hombros y de su corta experiencia, espera un tercer lanzamiento por el centro de la goma para devolverlo de tubey hacia el jardín izquierdo y barrerle las bases al confiado abridor.

Las gradas en el estadio de San Agustín, atestadas de aficionados caraqueños, estaban enmudecidas por esta inesperada conexión del novel jugador, y como muertos se quedaron todos tres entradas más tarde cuando a Julio Bracho lo boletean otra vez con dos hombres abordo para que el joven Julio César Navarro, con la misma inclemencia, la envíe de cañonazo entre left y center para por segunda vez en el encuentro limpiar las bases y sentenciar la victoria del Guaicaipuro BBC, con pizarra de 9 carreras por 4.

Obviamente, el muchacho tequeño fue el jugador más valioso de aquel encuentro, como lo fue en otros tantos de la temporada, pues con su bate era temible y además desde la lomita contribuyó notablemente concretando victorias que nos permitieron alcanzar el título de campeones.

Durante tres años cosechó triunfos con el Guaicaipuro BBC en toda Venezuela, y en 1944 pasa a formar parte del Manatí, un equipo muy acoplado y temible precisamente por su unidad interna.

Ese conjunto arrasa en los campeonatos del Distrito Guaicaipuro y en el torneo de la región central de 1944, con Julio César Navarro brillando sobre todo como lanzador, al concretar 14 victorias que incluyeron dos no hits no runs para que el Manatí BBC, con siete años de fundado, alcanzara su primer título de campeón fuera de nuestra geografía.

Julio César Navarro incursiona en el beisbol profesional

El señor Salvador Aguilar padre, otro valioso tequeño, quien desde mucho tiempo atrás se había dado cuenta de las aptitudes para el beisbol que poseía Julio César Navarro, lo aconseja y estimula para que busque una oportunidad con una organización de primera categoría.

Entonces viaja a Caracas y en el estadio de San Agustín se entrevista con Horacio Documet, secretario de Juan Antonio Yánez, propietario del Venezuela BBC, con quien luego de apenas una semana de entrenamientos firma para participar en la Temporada 1945-1946 de la recién inaugurada Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

Entre la lista de estrellas que conformaban el Venezuela BBC estaban: Valentín Arévalo, Carlos Rotjes, Adolfredo González, Héctor Camacho, José “Diablito” García, Vicente Liendo, Roberto Moronta, León Díaz, Rafael González, Luis St. Clair (Luigui Lucas), Horacio Martínez, el cubano Armando “Indian” Torres, además del novato y gran prospecto tequeño Julio César Navarro.

Con esa poderosa novena aparece en el escenario del beisbol profesional venezolano, y durante su primera campaña lanza juegos de tres y cuatro innings, obteniendo media docena de victorias frente a equipos como el Vargas, Magallanes, y el inigualable Cervecería Caracas.

Desafortunadamente, Julio César Navarro ganaba muy poco dinero como pelotero, y tenía que trabajar para mantener a su familia, especialmente a su mamá. Laboraba en el Concejo Municipal de Guaicaipuro, por lo que se le complicaba su traslado a los entrenamientos en Caracas que muchas veces cambiaban de escenario entre el estadio de San Agustín, así como los campos de Prado de María y El Yunque de Catia.

Tal situación lo hacía faltar mucho al trabajo, por lo que una vez el presidente del Concejo Municipal le dijo “O trabajas o juegas pelota”, y Julio César Navarro desistió de continuar con el Venezuela BBC en vista de que necesitaba asegurarse los sesenta bolívares mensuales que devengaba en el ente oficial.

Pero Julio César Navarro no se alejó definitivamente de los diamantes, pues los fines de semana, y durante muchos años, participó en campeonatos amateurs con los equipos Juan Bimba BBC, El Sombra BBC, Agua Salud, El Sol, Impulso, Perú de Bellavista, Jardines de El Valle, General de Chacao, Yor, y Los Viejitos, entre otros. 


En el softbol

En esta disciplina logró coronarse campeón bate y campeón primera base en varios eventos regionales, además de representar dignamente al Distrito Guaicaipuro en competencias estadales, y a Miranda en torneos invitacionales.

Sus victorias en el boliche

En el Club Miranda, de Los Teques, Julio César Navarro se prepara como jugador y se convierte en uno de los mejores de nuestra región. Asiste en representación del estado Miranda al IV Campeonato Nacional de Segunda Categoría, realizado en San Cristóbal en el año 1956, en el que por apenas dos pines en el encuentro final caemos ante el Distrito Federal.

Navarro fue el encargado de decidir por Miranda, pero en su último tiro derriba solo 9 pines, que lo mantienen arriba de su rival, pero este logra concretar un strike que, como ya mencionamos, nos relegó a la segunda posición.

Pero unos meses más tarde pudo disfrutar de otras importantes victorias. Formando una terna con Pedro Sanz y Julio Gerardo Ramírez, Julio César Navarro logra para Miranda el primer lugar en el Campeonato Zonal de Boliche de 1958, disputado en Caracas.

También Navarro brilló como dirigente en este deporte, pues es uno de los fundadores de la Asociación de Boliche del Estado Miranda. Eso fue en el año 1957.

En las bolas criollas

Se destacó también en las bolas criollas. Fue un gran bocheador, departamento en el que se tituló en varias ocasiones en competencias locales y en otras organizadas por el Instituto Nacional de Deportes, especialmente en las que se realizaban en la cancha de La Estación, una de las mejores que teníamos en la ciudad del clima ideal.

Cuando tenía 85 años de edad, era invitado a participar en partidas en el Club El Progreso, de San Pedro de los Altos, en donde enseñaba a otros buenos jugadores el arte de bochear.

Lució en el voleibol

Con el equipo Manatí, Julio César Navarro resaltó como mateador, y junto a otros grandes jugadores como César Rojas, José Luis González, José Manuel Ramírez, Teófilo Moros, y Alejandro Arteaga, dominaron algunos torneos disputados en Los Teques, Valencia, Caracas, y Turmero, durante los primeros años de la década del 40. 

En el año 1945, Julio César Navarro, estrella de la selección del estado Miranda, guía el ataque de nuestra representación en el choque final contra Carabobo para traernos la medalla de oro del Campeonato Nacional de Voleibol disputado en Valencia.

Entre 20 y 30 carambolas en el billar

En el billar era un jugador que fácilmente encadenaba 20 o 30 carambolas. En una ocasión, Valdivia, campeón chileno reconocido internacionalmente, brindó una exhibición en el Club Centro de Amigos, y solicitó jugar con el mejor taco de la ciudad, por lo que algunos integrantes de la directiva le dijeron que ese hombre era Julio César Navarro. Ante una nutrida concurrencia, el visitante chileno le dio ventaja de 100 para 300 al anfitrión, quien obtuvo la victoria por 65 tantos.

Fue esquiador hasta los 75 años

Sin importarle su avanzada edad, Julio César Navarro practicó el ski acuático hasta los 75 años, cuando en compañía de su familia viajaba a Chichiriviche a pasar unas vacaciones. De esta manera demostraba a muchos jóvenes que para hacer deporte lo único que se necesita es voluntad.

“Los jóvenes de Venezuela tienen que decidirse a practicar un deporte, pues así sus mentes estarán bien ocupadas cuando no estén estudiando, y porque además lograrán mantenerse sanos, vivir más y mejor, y ser excelentes ciudadanos”, decía.

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