Elio Hernández, desde joven, practicó el levantamiento de pesas, pero en 1959, cuando egresó del Colegio Nacional de Entrenadores, se dedicó por completo a la enseñanza del atletismo. Es vecino del sector El Cementerio, en su ciudad natal, Los Teques.
Sus primeros pasos como preparador los dio en la escuela que fundó en el
Estadio Guaicaipuro, en una pista que él mismo construyó y acondicionó, porque
en aquel entonces no había ninguna en todo el estado Miranda.
En 1960 conoció en el colegio José Antonio Rodríguez López, de El Barbecho,
en la capital mirandina, a excepcionales niñas, y se entusiasmó tanto con ese
grupo, que las invitó a asistir a sus entrenamientos.
Poco tiempo después conformaron un equipo con cara de campeón en los Juegos Deportivos Escolares, evento que ese año había despertado mucho interés en toda nuestra entidad.
Y Elio las preparó con tanto esmero, que todo el mundo anunciaba que serían
las triunfadoras en la fase distrital.
Entre esas pequeñas atletas estaba Trinidad Castillo, quien gracias a sus
enseñanzas se convirtió poco tiempo después en una de las mejores corredoras de
nuestro país.
Ese mismo año Elio Hernández debuta como dirigente, organizando el torneo
de atletismo estudiantil.
Luego de cuatro meses de prácticas, sus consentidas arrasan en todas las
pruebas de velocidad, y una semana más tarde repiten la dosis en la dura fase
estadal, relegando a la segunda posición a las hasta entonces imbatibles
corredoras de Barlovento, quienes fueron derrotadas en su patio entre gritos,
bailes, y sonidos de tambores.
En octubre de 1961, el equipo de atletismo de Miranda, integrado en su
mayoría por escolares, interviene y finaliza como el mejor en el Campeonato
Nacional Infantil Femenino, disputado en Barquisimeto, estado Lara, en el que
destacan Trinidad Castillo y Carmen Álvarez en las pruebas de pista, e Indira
Galindo en las de campo.
Los éxitos como entrenador no se alejaron nunca de Elio Hernández, pues
siempre se mantuvo al frente de las selecciones gris y amarillo, que por sus
esfuerzos fueron premiadas permanentemente en eventos nacionales.
Entre otras de sus mejores gacelas se encuentran Madeleine Rondón (relevo 4
x 100) y Diana Grimán (100 metros planos), quienes en incontables oportunidades
brillaron en difíciles contiendas.
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