Jesús Díaz Morales nació el 5 de marzo de 1918, y no está físicamente entre nosotros desde el 24 de diciembre de 1995. Es por eso que no lo conocen las nuevas generaciones de tequeños.
Como cualquier muchacho,
le encantaba correr, así como practicar beisbol, baloncesto, y fútbol. Pero
cuando creció, ya no tenía tiempo para practicarlos, pues trabajaba duro como
artesano, y era maestro en el Instituto Pre Orientación, en el que se esmeraba
por rescatar a jóvenes con diversos problemas. Sin embargo, en las noches
sacaba un tiempito para practicar su deporte preferido: las bolas criollas.
Por sus habilidades
innatas, se convirtió rápidamente en un extraordinario jugador. Bocheaba y
arrimaba muy bien, como cualquier estrella de las que conocemos en la actualidad.
Asimismo, fue extraordinario entrenador, y brillaba como dirigente. Él fundó la Liga de Bolas Criollas del Municipio Guaicaipuro, organización que desde su creación ha contribuido con la formación de excepcionales atletas, hasta de talla internacional.
A Jesús Díaz Morales lo
honraron sus amigos y autoridades colocándole su nombre a la entonces principal
cancha de la capital mirandina, ubicada en el desaparecido Parque Cecilio
Acosta, que más tarde la Alcaldía de Guaicaipuro, durante la gestión de Raúl
Salmerón, la convirtió en un extraordinario complejo para la práctica de las
bolas criollas, considerado, por federativos, el mejor de Venezuela.
Dicha instalación fue
demolida en el año 2007 por la empresa Metro Los Teques, pero los amantes de
tan apasionante disciplina confían en que la municipalidad, algún día, les
construirá otra en un espacio mejor ubicado.
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