El tequeño Sebastián Hernández se inició en el levantamiento de pesas en el año 1960, y con tremendo maestro, su hermano Elio.
Luego de cumplir rigurosamente con sus entrenamientos y de actuar en
competencias distritales durante 2 años, le tocó representar a Miranda en el
Campeonato Nacional de Segunda Categoría, que se realizó en el estado Zulia,
evento en el que logró la medalla de plata en la división peso mosca.
Desde entonces se mantuvo entre los mejores competidores del país. En 1966
debutó como entrenador, actividad que combinaba con la de atleta, y 4 años más
tarde concretó una de sus mejores actuaciones, al titularse campeón nacional en
la división pluma, 60 kilogramos.
Por tan brillante desempeño, ese mismo año fue llamado a integrar la selección de Venezuela, con la que interviene en los VI Juegos Deportivos Bolivarianos, disputados en Maracaibo, y formando equipo con el que fuera papaíto de todos, Rafael Trómpiz.
En 1971 vuelve a titularse campeón nacional, meta que alcanzó con grandes
esfuerzos, pues la mayor parte de su tiempo la empleaba para enseñar a los más
jóvenes.
Siguió cosechando éxitos en todas las plataformas del país hasta 1973,
cuando decidió dedicarse por completo a su trabajo como entrenador para el
Instituto Nacional de Deportes.
Buen maestro
Sus enseñanzas permitieron a los chamos superarlo como competidor. Muchos
de ellos fueron campeones estadales y nacionales, hasta con brillantes
actuaciones en el exterior.
Recuerda, entre otros, a Alejandro Espinoza y a Carlos Uzcátegui, quienes
intervinieron en los campeonatos mundiales de Estados Unidos y Francia,
respectivamente, así como a Juan Peraza, que representó a Venezuela en casi
todas las contiendas internacionales.
“Entre mis mejores alumnos el que más destacó fue Juan Peraza. Poseía
condiciones naturales extraordinarias”, afirmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario