Pedro Pablo Torres se inició desde niño en el boxeo. Integró las selecciones de Guaicaipuro y de Miranda, con las que brilló en todos los escenarios del territorio nacional.
Pero como le sucede a casi todos los pugilistas venezolanos, debió saltar
al profesional a fin de obtener dinero para su sustento. Se destacó frente a
los mejores peleadores venezolanos entre los años 1975 y 1982.
No era un estilista, por el contrario, siempre buscaba la pelea adentro.
Fue por eso que ofreció tremendos espectáculos, tan buenos, que en 1977 fue
invitado a medirse contra el norteamericano Perneal Whitaker, quien se
preparaba para poco tiempo después convertirse en uno de los mejores campeones
pesos welter del mundo.
Ese combate se efectuó en el Madison Squard Garden, en New York, en donde a pesar de haber perdido por decisión, se dio el lujo de poner en aprietos en varios tramos a tan recio rival.
Luego, en su tierra natal, continúa la carrera profesional, y en 1978, en
el Nuevo Circo de Caracas, se mide al también mirandino Ángel Pacheco, famoso
por su extraordinaria actuación en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976,
asimismo, por haber derrotado vía nocaut al cubano Adolfo Orta, el segundo
mejor peleador de su país, después de Teófilo Stevenson.
Ahora Torres presta sus servicios como entrenador en el Instituto Municipal
de Deporte, Juventud, y Recreación de Guaicaipuro, ente que le encomendó la
tarea de transmitir sus conocimientos a los jóvenes en el sector El Nacional.
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