A Nicolás Alberto “Toto” Logaldo Ibarra le gustaban disciplinas como el beisbol y el baloncesto, pero su mayor pasión la sentía por el boxeo. Le tocó practicarlo en una época muy dura, en la que ser atleta era un lujo. Lamentablemente, él ya no está físicamente con nosotros.
Se inició en el pugilismo en el año 1949, cuando tenía 18 años de edad, en
un incómodo e improvisado gimnasio, que funcionaba en el Estadio Guaicaipuro,
de Los Teques, cuando tenía su sede al final de la calle Ribas.
Su primer entrenador fue Jesús María “Gamelote” Acosta, al que rápidamente
mostró el potencial que poseía.
Debutó en el año 1950 con sensacional victoria sobre el súper favorito Aquiles Zapata, al que liquidó por nocaut en el primer asalto. Lució tan bien, que su segunda presentación originó mucha expectativa. Desafortunadamente la perdió, pero desde entonces logró cosechar 18 triunfos consecutivos, 17 de los cuales fueron por la vía del sueño.
Posteriormente encadenó otros 17 lauros, para sumar 35, que se las dedicó a
quien fuera su gran amigo y maestro, Ovidio Almeida.
Entre otros de sus más recordados combates están los que ganó frente a los
también tequeños George Gómez y Vicente “El Sordo” Matute, dos gladiadores muy
temidos en todo el territorio nacional. Esas peleas se efectuaron en el
Gimnasio El Pulguero, que estaba ubicado en donde actualmente funciona la
Alcaldía de Guaicaipuro.
“A Gómez, que se tituló campeón interescolar en Trinidad & Tobago, lo
mandé para la lona en el primer asalto con un recto de izquierda combinado con
gancho de derecha. La misma dosis se la apliqué a Matute, que venía de
representar a Venezuela en las Olimpíadas de Helsynsky. También me impuse por
nocaut al peleador profesional Oscar Martínez”, recordaba.
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